Pensar en la naturaleza, nos hace pensar en comer frutas verduras alimentos frescos. Los habitantes de las grandes ciudades estamos cada día más lejos del árbol. Cada vez son más los productos industrializados en packagings HERMOSOS que adquirimos y consumimos. Se impone un cambio!!!
Comer de todo
Buscar variedad y calidad en lo que ingerimos, nos da una oportunidad no solo de alargar nuestra vida sino de mejorarla ostensiblemente.
Desde la alimentación primera, que es en general la leche materna, nuestra acción de comer se transforma en un acto de comunicación y vinculación con un otro, la mamá y luego con otros, con el mundo de las personas y las cosas.
Comer estimula los sentidos, y no comer con riqueza y abundancia, o comer solo alimentos manufacturados con preservantes y envasados, nos aleja de lo vital, de lo natural, de lo humano.
La forma en que comemos habla de nuestra amigabilidad con nosotros y con el mundo que nos rodea, nos habla de la disponibilidad que tenemos ante la vida, de lo cuidadosos que somos con nosotros, por ende con los otros y el planeta en general.
Comer no es solo ingerir alimentos, para sobrevivir, es situarse frente a aquello que, en definitiva nos garantiza que estaremos vivos, o la forma en que enfermaremos, si no lo hacemos con alegría, variedad calma y respeto .
Para tener en cuenta
1º – Comer variado
El ser humano es omnívoro por naturaleza. Tiene que comer de todo porque cada alimento le aporta nutrientes imprescindibles. Las dietas que evitan una familia de alimentos suelen tener riesgos para la salud, ya que se puede dejar de recibir microelementos imprescindible a nuestra buena salud. Además, la variedad permite aprovechar las sinergias entre nutrientes.
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2º – Comer con calma
Procura tomarte tu tiempo cuando comas. Masticar bien los alimentos permite ayudar a la digestión y a la liberación de todos los nutrientes. Además, cuando se tarda más en comer, le damos tiempo a nuestro esófago de llevar la comida al estómago, y tenemos la sensación de haber comido suficiente con menos comida, que cuando comemos rápido. Comiendo con tranquilidad comeremos cantidades más adecuadas.
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3º – Evitar el picoteo
Consumir alimentos fuera de las comidas no permite controlar las cantidades ingeridas, y favorece tanto un consumo excesivo, como un desequilibrio en la dieta. Además el picoteo suele orientarse a alimentos poco sanos, como galletas, papas fritas, entre otros.
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4º – Comer frutas y verduras
Las frutas y verduras son fuentes de fibra, vitaminas y nutrientes importantes, por eso se recomienda consumir unos 700 gramos al día, o lo que es lo mismo, 5 porciones. Cocinar esos alimentos reduce drásticamente su contenido en vitamina C, tan necesaria para nuestro organismo. Se recomienda al menos una vez al día, comer alguna fruta o verdura cruda.
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5º – No abusar de las grasas
Reducir el consumo de grasas, y sobre todo intentar consumir grasas no saturadas, es una de las formas de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Hay que tener mucho cuidado con la comida industrial (platos preparados, galletitas de paquete), que suele contener muchas grasas saturadas. Los aceites vegetales son más sanos que los de origen animal, pero también es importante medir su consumo y variar entre tipos de aceites.
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6º – Comer cereales
El pan y las cereales suelen aportar fibras. Además junto con otros productos harinosos permiten aportar los azúcares complejos que abastecen en energía a nuestro organismo de forma duradera. Todo lo que contenga salvado, o semillas directamente es sumamente nutritivo, si se incorporan por primera vez, no hay que hacerlo con todos juntos ni en grandes cantidades, para que el metabolismo los acepte gradualmente.
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7º – Ingerir lácteos sin excesos
La leche y sus derivados (yogur, queso) contienen calcio, un elemento importante para nuestro organismo, elemental en la etapa de crianza, y hasta los 12 años aproximadamente. Luego en la edad adulta no son verdaderamente necesarios. Hay otras maneras de incorporar calcio, como las semillas de sésamo por ejemplo, y su consumo indiscriminado, puede traer alergias de tipo respiratorias, rinitis, inflamaciones gastrointestinales, y calcificaciones, que pueden favorecer a algunos tipos de cáncer.
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8º – Amigarse con los frutos del MAR.
El más graso de los pescados, es mucho menos graso que la carne más magra. Es mejor comer pescado dos veces por semana, y especialmente los pescados más grasos que contienen Omega 3 (sí, este acido graso que es famoso por salir en anuncios de televisión), ya que fluidifican la sangre y mejoran la tensión arterial. Los pescados a la vez tienen fósforo, que contrarrestan al estrés y sus secuelas sobre la memoria!
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9º – Beber mucha agua
Es necesario beber un litro y medio de agua al día. Durante la comida, es recomendable beber algo pero poco, y concentrar la toma de líquidos para los momentos entre las comidas. Tener pequeñas botellas de agua filtrada a mano es una manera de medir el consumo cotidiano. El agua a beber tiene que ser potable y limpia. Hay nuevas aplicaciones para celulares que recuerdan la hora de las ingesta de agua extra.
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10º – Un consumo moderado de alcohol
El vino tinto tiene algunos beneficios para el sistema cardiovascular, siempre que se tome en cantidades pequeñas (una copa cada día) y que sea de muy buena calidad. Cuando se superan estas cantidades, el alcohol se convierte en un tóxico con efectos nefastos sobre la salud a largo plazo, especialmente sobre el hígado.
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11º – Sal y azúcar
El exceso de sal y de azúcar es nefasto para el organismo. La sal favorece una mayor tensión arterial a medio y largo plazo. El azúcar aporta calorías vacías, sin aportar valor nutricional, aumentando el riesgo de obesidad, además de desequilibrar nuestro apetito al enmascarar el sabor de los alimentos. Tiene además muy mala influencia sobre nuestra dentadura, generando más caldo de cultivo para bacterias que generan caries.
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12º – Limitar los platos fritos
Aunque sea con aceite de oliva, la comida frita no es muy sana. Es mejor evitar este tipo de platos.
Moraleja
Teniendo en cuenta la combinación adecuada de estas pautas alimenticias, y dándole a nutrirse la importancia que tiene también sabiendo comprar, contaremos con una salud más fuerte y un ánimo más estable.
Vale la pena aprender a cocinar. Aprender a consumir productos naturales. Acudir a Ferias Barriales, conocer dietéticas y restaurantes naturistas, macrobióticos y de diferentes colectividades.
Probar sabores, una manera de animarse a disfrutar la vida!